Piscina pública o privada

Si eres entrenador de aeróbic acuático y te gustaría impartir una clase, pero quieres más información antes de empezar, ponte en contacto con nosotros

 

Es importante considerar sus opciones sobre dónde va a enseñar.

¿Deberías trabajar en una piscina pública o privada?

Ambas ofrecen distintas ventajas e inconvenientes, así que vamos a analizarlas desde una perspectiva objetiva del «aquafitness».

 

Enseñanza en piscinas públicas

 

Se trata de adaptarse al entorno, y uno de los inconvenientes es que no siempre está garantizado que los participantes se tomen en serio su trabajo. Puede que solamente estén allí para pasárselo bien y entablar conversación durante su actuación, lo que puede ir en detrimento de la eficacia de la enseñanza. Además, no solo tendrá que trabajar con distintos niveles de atención por parte de sus alumnos.

En una piscina pública, los objetivos contrastan mucho con los de las piscinas privadas.

Las piscinas privadas se centran en llenar las clases y fidelizar a sus socios.

Las piscinas públicas no tienen el mismo afán de lucro, pues de lo contrario necesitarían cientos de socios por hora. El bajo coste de entrada de los servicios públicos obliga a utilizar los recursos de forma más generalista, es decir, limitando el déficit. Esto lleva a expectativas diferentes en cuanto a sostenibilidad. Al ser predominantemente deficitarios, su objetivo es ser y seguir siendo un servicio público.

 

Para una piscina privada

 

 

La calidad de sus servicios dependerá de su vida útil. Por tanto, los objetivos de rentabilidad de sus servicios son prioritarios. Para poder seguir vendiendo abonos mucho más elevados (teniendo en cuenta sus costes de explotación y sus objetivos de rentabilidad).

En cambio, en un club privado, su única y principal tarea es ser bueno. 

En una piscina pública, es probable que tengas que supervisar algunas horas antes y después de las clases y que tengas que mantener tu energía para conseguir una atención óptima de los nadadores.  Evita cualquier riesgo de ser considerado responsable en caso de accidente. 

Por no hablar de las posibles e inimaginables interacciones con el contribuyente, más o menos agradables. 

Esto es innegablemente diferente de los clientes de un club privado. 

Y esto explica por sí solo la mayor parte de las dificultades de trabajar en un entorno acuático público. 

 

Piscinas privadas y públicas

 
 

Desempeñan un papel importante en el acceso a actividades recreativas como la natación, el aquafitness y el aquabike para personas de todas las edades y capacidades.

Es crucial señalar que existen claras diferencias entre estos dos tipos de instalaciones en cuanto a objetivos y expectativas de sostenibilidad. Esto puede deberse a restricciones financieras o a las limitaciones de los recursos disponibles en cada tipo de piscina. 

Las piscinas privadas tienden a ser más seguras en términos de diversidad. Por su disposición a buscar la innovación para generar ingresos a través de las cuotas de los socios o de los servicios adicionales que ofrecen.

En cambio, la mayoría de las instalaciones públicas dependen en gran medida de la financiación gubernamental para mantenerse «a flote» financieramente a largo plazo. Por eso es fundamental que las instituciones prioricen la inversión de recursos en las piscinas públicas, ¡para que todo el mundo tenga acceso a estos espacios en los que nadar!

 Y das la posibilidad de incorporarte a la función pública tras unos años de contratos más o menos variados (temporales, estacionales…).

Gracias por leernos.

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